En estos días, en los que trabajos “invisibles” han demostrado su vital importancia para la sociedad (cajeros, reponedores, servicios de limpieza, transportistas) se ha puesto de relieve también la labor del colectivo de los instaladores para garantizar la seguridad y el confort de las instalaciones.
No solo la labor de los instaladores se ve reflejada en el confort de los trabajadores o de los consumidores domésticos, la climatización y la producción de ACS, así como una buena calidad del aire interior, son imprescindibles para la salud.
Es prioritario en estos momentos de confinamiento, garantizar una buena climatización y una óptima calidad del aire en espacios cerrados, ya que así se pueden evitar la propagación de enfermedades.
Ni que decir tiene, de instalaciones críticas y esenciales como hospitales, centros de salud, centros logísticos, farmacias, residencias de ancianos, etc., en donde un mal funcionamiento de las mismas puede ser una cuestión de vida o muerte.
El sector térmico solicita ser esencial
Es por ello que diversos organismos representantes del sector de la climatización, calefacción, refrigeración, producción de agua caliente sanitaria, frío industrial/comercial y ventilación (FEGECA, AFEC, AMASCAL y CONAIF) han solicitado al Gobierno que se especifique de forma explícita si fabricantes y distribuidores pueden continuar con su actividad durante el período de aplicación de las medidas de confinamiento.
Estas entidades también han solicitado al Gobierno de España “que considere como servicio esencial a toda la cadena de suministro (instaladores, distribuidores y fabricantes) y lo haga de forma expresa y clara. De poco sirve que los instaladores estén autorizados para atender las averías urgentes y los mantenimientos esenciales de las instalaciones si no encuentran facilidades para abastecerse de material profesional ni productos en el mercado, suficientes y adecuados a sus necesidades, para poder prestar sus servicios”.
#SomosEsenciales
Ser esenciales, es cuestión también de vida o muerte hoy en día para las empresas instaladoras, ante la paralización de la economía.
Muy esenciales somos los instaladores en esta “nueva normalidad” que se anuncia, no solo para garantizar la calidad del aire, la seguridad y el confort de las instalaciones, sino como entramado productivo clave de la economía y de la transformación hacia nuevos modelos energéticos.